En su origen, los pantalones vaqueros o jeans, por su resistencia, los usaban los trabajadores manuales.
En los Estados Unidos en la década de los 50, los jóvenes y adolescentes empezaron a ponerse jeans como forma sutil de protesta contra el conformismo. El hecho se consideró una provocación; por ejemplo en algunos cines no se permitía entrar al que llevase pantalón de mezclilla.
En la década de los 60, los jeans ganaron aceptación y para la década de los 70 ya se habían convertido en un artículo corriente en los EE.UU., al menos para vestir informalmente.
La aceptación de los jeans ha seguido creciendo hasta el punto en que ahora forman parte del guardarropa diario y en promedio cada estadounidense posee 7 pares de vaqueros.